Mataró evidencia el estigma de los centros de menores. El director de la entidad confía en el diálogo para superar el recelo vecinal. La nueva residencia enfrenta al párroco con los feligreses del barrio del Pla d'en Boet.

Viernes, 10 de septiembre del 2010 SARA GONZÁLEZ / Barcelona FEDE CEDÓ / Mataró

«Esto será una cueva de pequeños delincuentes». Esta es la opinión de Salvador y la más generalizada entre los vecinos del barrio Pla d'en Boet de Mataró ante la apertura de un Centro Residencial de Acción Educativa (CRAE) para menores en riesgo de exclusión social en las instalaciones de la parroquia de la Virgen de Montserrat. Sus detractores argumentan que no es el lugar más apropiado para un centro de estas características. Sin embargo, la residencia Mas Sant Jordi lleva más de 30 años en la ciudad y prueba de su convivencia pacífica con el entorno es que el nuevo barrio al que se trasladará apenas había oído nunca hablar de él.

La parroquia donde se ubicará el nuevo centro junto a un edificio con pancartas de protesta, ayer. JOSEP GARCIA

Información publicada en la página 30 de la sección de cv Sociedad de la edición impresa del día 10 de septiembre de 2010.

A la vuelta de vacaciones se han recrudecido las protestas. El conflicto ha provocado ya varios enfrentamientos con los feligreses ya que, según el vecindario, «el párroco instiga a las beatas a que retiren los carteles de protesta». Los detractores basan su negativa en la experiencia de otros barrios de la ciudad, como el de La Habana, con otros centros en funcionamiento de los que «también prometieron que no habría conflictos» y ahora, según Javier, otro vecino, «es un foco de delincuencia».

Los promotores del Mas Sant Jordi insisten, por su parte, en marcar diferencias con el centro que depende la DGAIA y detallan que el que abrirán en la calle de Castaños alojará a una veintena de niños de entre 4 y 14 años que proceden de familias desestructuradas en las que, en algunos casos, eran víctimas de abandono o malos tratos.

TENSIÓN EN EL PLENO MUNICIPAL / La tensión del barrio se ha trasladado al ámbito político. En la última sesión plenaria del Ayuntamiento de Mataró, el alcalde y vecino del Pla d'en Boet, Joan Antoni Barón (PSC), denunció que los populares aprovechan el conflicto para obtener «un puñado de votos». El portavoz del PP, Paulí Mojedano, acusó al gobierno local de «ocultar el proyecto como hizo con los macroprostíbulos».

«Ni son niños pobrecitos ni delincuentes en potencia. Son, tal y como dice la ley, ciudadanos de pleno derecho y, por lo tanto, deben tener las mismas oportunidades de vivir donde sea igual que el hijo de cualquier vecino», aseguró ayer el director del centro de Mataró, Jaume Clupés. Los centros de menores de Catalunya, la mayoría agrupados bajo el paraguas de la Federació d'Entitats d'Atenció i Educació a la Infància i a l'Adolescència (Fedaia) que preside el mismo Clupés, anunciaron ayer que están dispuestos a romper «los estigmas» que la ciudadanía ha impuesto sobre los menores tutelados por la Administración.

Sus armas: mucha pedagogía para combatir la «desinformación» y hacer más visibles a unos niños que, a pesar de su mala experiencia, luchan por llevar una vida normal. Clupés añadió que durante los próximos meses se reunirá con los vecinos del barrio de Pla d'en Boet para solucionar dudas y aclarar posibles malentendidos.

LAS CONTRADICCIONES / «Cuando se conocen casos de maltrato a un niño, toda la sociedad se levanta indignada y pide cuentas de por qué no se ha retirado la tutela de este menor. Pero cuando este mismo niño se va a vivir a un barrio la comunidad lo rechaza», dijo a modo de reflexión Conxi Martínez, vocal de la junta directiva de la Fedaia y gerente de un centro residencial de menores de Girona, cuyo traslado también ha topado con la oposición vecinal.

Fuente:http://www.elperiodico.com/es/noticias/sociedad/20100910/mataro-evidencia-estigma-los-centros-menores/473269.shtml